Cuando te sientes muy muy feliz

Cuando sientes que todo va bien en tu vida amorosa, sientes que eres una persona poderosa, fuerte, alegre. Eres capaz de hacer cosas increíbles, nuevos proyectos, nuevas ilusiones, acabas esa tarea que tenías aparcada…

Y es que, muchas veces, el amor, el amor de pareja, se convierte en una montaña rusa, donde la alegría y la tristeza pasan volando en igual medida. Las personas, como yo, románticas, que viven por y para el amor, por desgracia es como nos sentimos. Tenemos que trabajarnos esas emociones que dependen de la «otra persona» a la que amamos. Me explico, que por desgracia, estamos tan metidas en el papel de enamoradas que estamos bien o mal, en función de cómo esté nuestra pareja. Si nuestra pareja está feliz, nosostros estamos felices y si está triste, nosotros estamos tristes. Es eso sano? es eso justo? y a nuestra pareja le pasa lo mismo?

La gran importancia de hablar de dialogar con nuestra pareja

Es vital. No debemos presuponer cosas. A veces le llamamos por teléfono y no nos coge y enseguida pensamos que no nos coge el teléfono porque no nos quiere, nos ha dejado, o se ha ido con otra persona. Y sufrimos, sufrimos nosotros solitos imaginando cosas negativas que nos hacen mucho daño. Nos metemos miedo, debido a nuestras inseguridades personales, o debido a alguna relación anterior que nos traumatizó, ya que nos hizo eso. Y sufrimos, sufrimos y sufrimos solitos, nos retorcemos de dolor.

Lo mismo pasa si le enviamos un Whats App y no nos contesta enseguida. Sufrimos pensando que no nos quiere.

Cuando pasemos por una situación así o similar, no debemos perder los papeles ni ponernos nerviosos ni pensar lo peor. Debemos contar hasta diez, o veinte si fuera necesario, no debemos precipitarnos. Debemos entretenernos con otras cosas para que nuestra mente no nos machaque con negativismos, por ejemplo, hablar con una amiga, ir de tiendas, ir al gimnasio, sacar al perro… actividades que nos mantendrán ocupadas. Debemos engañar a nuestra mente que nos tortura. Y después tranquilamente contactar con nuestra pareja y solicitarle, por favor, que en cuanto escuche nuestra llamada, si no puede contestar que nos mande un mensaje de: «luego te llamo», etc. Eso nos tranquilizaría mucho. Y, desde luego, nosotros debemos hacer lo mismo en caso contrario.

Pienso que ambos debemos «educarnos» para no sufrir y establecer normas claras, sencillas y básicas, para una feliz convivencia, sin comidas negativas mentales por ambas partes.

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